¿Qué es el estrés laboral?
El estrés laboral es una reacción física y psicológica ante situaciones que podemos percibir como amenazantes o difíciles de superar.
Se caracteriza por síntomas como tensión, confusión, irritabilidad, fatiga, dificultad para concentrarse, nerviosismo, etc.
Aprender cómo manejar el estrés laboral es fundamental para cualquier persona que desea mejorar su calidad de vida.
¿Cuáles son los síntomas del estrés laboral?
Los síntomas del estrés laboral los podemos dividir en tres grupos, los síntomas psicológicos, síntomas físicos y los síntomas conductuales, veamos:
Síntomas físicos del estrés laboral.
- Tensión.
- Dolor de espalda y cuello.
- Nerviosismo.
- Fatiga.
- Trastornos del sueño.
- Trastornos del apetito.
- Problemas estomacales.
Síntomas psicológicos del estrés laboral.
- Ansiedad.
- Confusión.
- Irritabilidad.
- Frustración.
- Insatisfacción.
- Problemas de concentración.
Síntomas conductuales del estrés laboral.
- Tendencia a posponer actividades.
- Disminución del desempeño.
- Disminución de la productividad.
- Deterioro en las relaciones.
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¿Cuáles son las causas del estrés laboral?
Las causas del estrés laboral más comunes están relacionadas con las condiciones laborales, la función desempeñada y nuestros hábitos.
Condiciones de trabajo.
- Exceso de trabajo.
- Horarios de trabajo prolongados.
- Supervisión inadecuada.
- No tener capacitación.
- Estructura organizacional rígida.
- Escasa participación en la toma de decisiones.
- Herramientas de trabajo inadecuadas.
Función desempeñada.
- Actividades repetitivas.
- No contar con responsabilidades claras.
- Seguridad laboral.
- Funciones excesivas.
- Discriminación por el puesto desempeñado.
- Responsabilidades por encima de la capacidad del colaborador.
- Responsabilidades por debajo de la capacidad del colaborador.
- Toma de decisiones de riesgo.
Hábitos.
- Manejo del tiempo deficiente.
- Mala organización.
- Posponer actividades complicadas o desagradables.
- Uso deficiente de la tecnología.
¿Qué son las estrategias de afrontamiento del estrés?
Las estrategias de afrontamiento del son recursos psicológicos orientados a manejar o hacer frente a las diversas experiencias que nos generan estrés.
De hecho, estas técnicas psicológicas sirven para evitar o disminuir conflictos y nos aportan bienestar.
Conocemos dos estrategias básicas de afrontamiento son: dirigidas a la emoción y dirigidas al problema.
Las estrategias o técnicas dirigidas a la emoción son aquellas que utilizamos cuando no podemos modificar la situación estresante y dirigimos nuestro esfuerzo a disminuir los síntomas que experimentamos.
Las estrategias dirigidas al problema son aquellas que podemos usar cuando podemos modificar las situaciones que nos generan estrés.
¿Cómo manejar el estrés laboral?
Algunas situaciones no está en nuestras manos modificarlas, en este caso debemos utilizar estrategias dirigidas a la emoción.
Por ejemplo, técnicas de respiración y técnicas de relajación.
Existen otras situaciones que, si podemos modificar, en este caso utilizaremos estrategias dirigidas al problema.
Por ejemplo, la forma en la que manejamos el tiempo, nos organizamos y afrontamos las tareas asignadas es sumamente importante.
Veamos a detalle estas técnicas.
Evita postergar tareas.
Muchas veces aplazamos la elaboración de tareas que consideramos difíciles o desagradables, esta conducta genera que dicha tarea se encuentre presente en nuestra mente por mayor tiempo.
De hecho, aplazarla genera emociones desagradables que experimentaremos hasta concluirla.
Lo recomendable es realizar este tipo de tareas inmediatamente y evitar posponerlas.
Cuando realizamos estas tareas en primer orden generamos un sentimiento de satisfacción y bienestar al haberlas concluido.
Trabaja con objetivos claros.
No tener objetivos claros ocasiona pérdida de tiempo, olvidos, malas decisiones, bloqueos y problemas en general.
Si no sabemos a donde tenemos que llegar corremos el riesgo de dirigirnos a un objetivo equivocado, enfocar nuestro esfuerzo en tareas sin importancia.
Establecer objetivos claros acerca de lo que tenemos que lograr es una tarea diaria, probablemente sabemos de forma general nuestra responsabilidad, pero establecer objetivos diarios nos mantiene enfocados.
Para establecer objetivos podemos dividir nuestras obligaciones en una serie de pasos que elaborados consecutivamente nos llevará a finalizarla.
Plantearnos objetivos diarios evita confusiones y define el camino a seguir.
Evita interrupciones.
En este caso hablaremos del uso del teléfono celular, es muy común estar al pendiente de redes sociales, mensajes, llamadas y publicaciones en todo momento.
Esta conducta ocasiona equivocaciones, dispersión, pérdida de tiempo y altos niveles de estrés.
Plantéate un tiempo para atender tu teléfono y un tiempo para enfocarte exclusivamente en la elaboración de tareas.
Por ejemplo, destinar 20 minutos en la mañana para el teléfono y guardarlo por un lapso de dos horas para iniciar puede resultar muy benéfico.
Adopta un pasatiempo.
Tener un pasatiempo creativo es una forma de cambiar la rutina, despeja nuestra mente y nos ayuda a mantener la perspectiva.
Una de las situaciones que generan estrés es la rutina, necesitamos por lo tanto cambiar nuestro foco de atención hacia algo agradable, entretenido y creativo.
Involucrarte en actividades de desarrollo personal es una forma creativa de romper la rutina además de proporcionarte una mejor calidad de vida.
Participa en actividades sociales.
Participar en actividades sociales positivas es un factor de bienestar.
Es importante que estas actividades sean con personas que no pertenecen a nuestro círculo laboral.
Cuando nuestras actividades sociales son con las mismas personas, llevamos el trabajo a nuestro tiempo libre, ya que nuestras charlas son acerca del trabajo, fomentamos la rutina.
Las actividades sociales positivas con personas que no forman parte de nuestro ambiente laboral nos ayudan a despejar la mente, incrementar nuestras habilidades sociales, etc.
Crea nuevas rutinas.
Las rutinas matutinas y nocturnas nos permiten enfocarnos en nuestros objetivos del día y prepararnos para tener un sueño reparador.
Por ejemplo, una rutina matutina puede ser dar una caminata, leer algo interesante, programar nuestras tareas del día, meditar, etc.
Una rutina nocturna nos ayuda a prepararnos mentalmente para dormir, por ejemplo, un baño con agua caliente, una sesión de meditación, escuchar música relajante, escribir un diario, etc.
Terapia psicológica.
Iniciar un proceso de psicoterapia es una excelente alternativa para mejorar los niveles de estrés laboral.
En la actualidad existen múltiples formas de acceder a terapia:
Terapia psicológica presencial.
Con la ayuda de un psicólogo conseguirás crear hábitos positivos que te proporcionen bienestar.
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